viernes, 27 de agosto de 2010

Cuando éramos japoneses

Siempre he pensado que un aficionado al manganime tiene (por lo menos) dos selecciones favoritas. La propia, cualquiera que sea su país, y la de Japón. Y seguramente la culpa de todo la tengan Oliver y Benji



Después de todo, cuando éramos niños, pasamos horas devorando los partidos de sus equipos, sus competiciones. Cuando llegó la hora de formar la selección nacional, recuerdo haber estado discutiendo con compañeros quienes tenían que formar el equipo, sus pros y sus contras. Y como en la serie jamás llegó a aparecer España (salvo una mínima aparición en un episodio), tampoco tuvimos que sufrir la derrota ante Oliver y compañía, ni mucho menos ver como Bruce Harper paraba un gol con la cara.

De ahí que viéramos con simpatía al combinado japonés, y eso que su participación en los mundiales se hizo de rogar. No fue hasta 1998 cuando lo consiguió por primera vez, cuando el mundial se amplió hasta 32 equipos y Asia dobló el número de plazas disponibles, de dos a tres y medio (ahora tiene cuatro y medio, gracias por preguntar). Ya habían pasado por lo menos 8 años desde el final de las aventuras de Campeones, pero aun así, algunos seguíamos viendo a la selección japonesa con simpatía.
Ayuda que nuestros equipos no se hayan enfrentado más que en categorías inferiores (con excelentes resultados para España, añado), ni hayamos sufrido derrota traumática contra ellos, como en el caso de Corea del Sur. Así pues, podemos decir que tenemos simpatía por Japón y nadie nos mirará más raro que si decimos que seguimos a los “all whites” de Nueva Zelanda.



Y sin embargo, tengo la impresión que esta simpatía ha ido desapareciendo según avanzan los años. Los deportistas del anime han dejado paso a otros héroes. Campeones es un objeto de nostalgia, no de admiración (que se lo digan a Glenat cómo le ha ido la venta del manga). Ahora son otros géneros los que mandan en la televisión, a pesar de unos cuantos ejemplos actuales. Recordemos que si existe el anime de Inazuma Eleven es gracias al éxito de sus videojuegos, no al revés, como pasaba con los (flojitos) juegos de Oliver y Benji, que apenas se atrevieron a editar en Occidente.

Cualquier parecido entre esta imagen y la anterior es... totalmente aposta, claro.


En la situación actual, pocas camisetas de la selección japonesa se ven ahora en salones del manga y eventos similares. Y viendo la cara de sorpresa de la gente al verla, uno se pregunta si es porque los aficionados de ahora creen que Japón es un lugar mítico de donde “salen” mangas y animes, no un país con su selección nacional y todo. Por mi parte, creo que jamás podré evitar sentirme un poco japonés cuando llega un campeonato del mundo...


P.d: adivinad quién compró una camiseta de Corea a pocos días del partido de infame arbitraje. Sí, el menda.
P.d2: en 2011 se juega la Copa Asiática, por si alguien quiere seguir los partidos de Japón.