viernes, 25 de febrero de 2011

Reseñas instantáneas cual ramen (y 2)

Tras el éxito (o algo así) de la primera entrega, y ya que tras estos meses se ha multiplicado el número de mangas y animes leídos, he decidido continuar con estas mini reseñas. Cortas, concisas y al grano, como la cocina de Arguiñano, pero en manganime.

Para empezar, celebrando que hace años que no veía una serie de anime...

Morbito - El guardián del espíritu sagrado


Debo decir que me ha decepcionado este anime de 26 episodios, dirigido por Kenji Kamiyama. No tanto por su falta de calidad, o ligereza, sino por lo que le reprochaba hace años a obras como Record of Lodoss War o Doce Reinos, más cercana a esta obra, ya que ambas se desarrollan en mundos fantásticos de aspecto asiático, al contrario que fantasías como Lodoss o Slayers y otras más.

Pues bien, el "problema" de estos animes es que son adaptaciones de textos que no conocemos. Por muchos esfuerzos que haga el director Kamiyama por reflejar la trilogía original de Nahoko Uehashi (primera parte de unas cuantas más, ya que estamos), lo cierto es que el espectador que no ha leído la novela original (harto difícil, ya que no se han publicado fuera de Japón) se siente como si algo le faltase. Los personajes hablan y actúan según hechos que no conocemos, sobre aventuras que no hemos visto.

Técnicamente hablando, poco hay que reclamarle a una obra tan trabajada con esta, con diseños de personajes de Asô Gotô y música de Kenji Kawai (más canción de apertura de L'arc en ciel, que hace años habría sido un éxito en los karaokes). Las imagenes son claras, la animación es nítida, no se repiten planos, los personajes son claramente distinguibles por diseño y modo de ser (y no por intercambio de peinados, como en el 90% del anime actual).

Y es que cuando termina la obra, uno se queda pensando que falta algo... ¿cómo vamos a saber que faltan cuatro trilogías más para terminar de conocer el mundo inventado por la señora Uehashi?



La siguiente obra es un manga de una vieja conocida del manga español: la última obra de Wataru Yoshizumi: Spicy Pink (2 tomos)

Resumen: Sakura Endô es una estresada mangaka de 26 años que conoce a un odioso, pero atractivo hombre que parece divertirse incordiándola, a lo que ella responde con una profunda tirria, pero poco a poco empiezan a desarrollarse otra clase de sentimientos a pesar de las interferencias de amistades y ex-parejas.

Juro que no he cogido un resumen de La familia crece (o Marmalade Boy, vaya) y le he cambiado los nombres. No, la obra es así tal cual os la cuento.

Si digo la verdad, no pensaba comprar esta obra, pero después de haber traducido cientos de episodios de ese anime en cuestión -vale, es una exageración, sólo decenas-, me sentí en la "obligación" de tener la firma de la autora de este manga.

Después llegó el momento de leer la obra, y mi impresión fue la que habéis podido leer: ¡pero si es lo mismo de siempre, solo que con los personajes diez años mayores!. Lo más interesante de la obra tiene lugar cuando la misma ha terminado, en el habitual rincón de desvaríos de los autores, en las páginas sobrantes del tomo. Allí, Yoshizumi nos cuenta una parte de su vida como mangaka, algo que generalmente solía sustituir por recetas, viajes y encuentros con fans.

Por desgracia, la historia termina de repente en el segundo tomo en un abrir y cerrar de ojos, ¿intencional o no? Quién sabe. De modo que las confidencias de la autora quedan sustituidas por... sí, lo habéis adivinado: recetas, viajes y encuentros con fans.



Continuando con el mundo de los mangakas, la última reseña por hoy, este mes, quién sabe cuándo es Bakuman (léase como "Superman" o no, como se quiera).

Cuando un autor, o autores tienen una obra exitosa lo normal es que sus obras posteriores sigan en la misma línea. De ahí que Ken Akamatsu tras Love Hina fuera "convencido" de llenar su siguiente obra (Negima!) de jovencitas más o mucho más atractivas persiguiendo a un torpe protagonista masculino. Ya sabemos lo que ha funcionado, así que, ¿por qué correr riesgos?

Sin embargo, no fue este el caso de los autores de Death Note (¿Takeshi Obata y Tsugumi Ôba? no sé, no he leído DL). Cualquier editor de manga les habría intentado convencer de hacer "Death Note 2", "Life Book", o cualquier obra psicológica y profunda. ¿Y cuál fue la reacción de los dos autores? No hacer ni caso, y presentar la obra de dos chicos que quieren ser mangakas. Cómo han de luchar por conseguir el primer puesto en la revista Shônen Jump de la Shueisha, cómo enfrentarse a las terribles encuestas de los lectores, y cómo lograr una adaptación en anime... ¿la meta? El amor verdadero, al menos para el dibujante.

Bakuman sería interesante aunque sólo fuera por no ser "Death Note 2". Nadie dice que sea un retrato completamente realista del mundo de los artistas japoneses, sobre todo porque se publica en una revista shônen (o sea, orientada a chicos adolescentes), y debe ponerle algo de "lucha", "amistad" y "desafío" que se encuentra en el espíritu de la misma. Eso por no hablar de que no suele muchos mangakas de 15 años.

Aun así, el manga resulta muy recomendable para todos aquellos que nos hemos pasado años devorando mangas e imaginando cómo se creaban estas obras ("con máquinas" decía la leyenda urbana cuando los mangas empezaron a llegar a España). A menos que estuvieras esperando "Death Note 2", claro.



P.d: una anécdota más del Salón del Manga: Wataru Yoshizumi se llevó una enorme sorpresa a ver que una grandísima parte de la gente que esperaba para que le firmaran sus tomos eran hombres de ventimuchos años, en vez de niñas o mujeres. Y al menos yo tenía la excusa de traducir el anime... (por cierto, la otra traductora del anime fue Alessandra Moura, ahora en portaljapon.com)