martes, 21 de septiembre de 2010

Por un quítame allá unas islas

Vayamos al grano directamente: ¿cuánta gente de la que lee estas líneas se ha enterado del reciente conflicto diplomático entre China y Japón? 

Me imagino que poca, porque para eso hace falta que se den una serie de intereses poco comunes en el mundo que toca de cerca este blog: interés por la política, por la política exterior "ajena" y la historia internacional.


Pero después de todo, es bastante lógico. El manga y el anime son, en su mayor parte, un género  (con perdón) de evasión, no de ilustración. Los lectores de Rurouni Kenshin no aspiran a conocer mejor la historia japonesa, sino a distraerse con  una historia de un espadachín que quiere abandonar su pasado, pero éste no se decide a abandonarle. Si con ello se conoce un poco más lo que fue el fin del shogunado Tokugawa y la era Meiji, miel sobre hojuelas, pero no era ese su objetivo.


Volviendo a la cuestión de las islas, hagamos un resumen corto y conciso. Entre el archipiéalago de Okinawa (de donde salió el maestro Miyagi del "auténtico" Karate Kid, pero esa es otra historia) y Taiwán existen las islas Senkaku (Daioyu para los chinos), un nombre más bien exagerado par lo que es más bien un grupo de islotes.


Aquí el mayor de todos: cuatro kilómetros cuadrados, todos suyos.


Como la situación entre Taiwán, China y Japón es la que es, y sobre todo, hay sospechas de que las islas se encuentran sobre unas reservas enormes de gas y petróleo, sólo hace falta una chispa para que los ánimos estallen. 

En este caso en concreto han estallado cuando un pesquero chino fue invitado a salir de aguas territoriales japonesas por una patrullera y éste la abordó (que no es no saltar sobre ellos con un cuchillo entre los dientes, sino chocar), por lo que fue detenido y puesto a disposición judicial. Por supuesto, esta es la versión japonesa. La china dice completamente lo opuesto: el pescador fue "secuestrado" en aguas territoriales chinas por los japoneses. La versión taiwanesa dice, básicamente,"ahí me las den todas".

A todo esto hay que sumarle que precisamente ahora se celebra el 69º aniversario del Incidente de Mukden, una nadería que tuvo lugar en 1931 con el cual comenzó esa anécdota de la invasión japonesa de China y por ende, eso de la Segunda Guerra Mundial.  Resumiendo, que al hecho en cuestión se han sumado los recuerdos del imperialismo japonés; de ahí a las manifestaciones y a la suspensión de contactos de alto nivel entre ambos países, hay sólo un paso...


No se trata de decir quién tiene razón o deja de tenerla. Después de todo, este país que llamamos España tiene una larga historia de capturas de barcos pesqueros por estar donde no debían estar, o alguien decía que no debían, por no recordar el famoso incidente de Perejil, ridículo para algunas personas, pero muy comprensible para países donde cuando no son unos islotes, son otros.


No, mi objetivo es señalar cómo al consumir un producto cultural de un país, la mayor parte de sus aficionados suele obviar todo lo demás: cultura, historia, y, por qué no, política, quedan obviadas. No se trata de conocer el nombre de los gobernadores de las distintas prefecturas de Japón, ni que el "último samurái" fue en realidad un oficial francés que se parecía muy poco a Tom Cruise, pero al menos un mínimo interés por el país que "suministra" nuestra afición tampoco vendría mal. O si no, ¿qué derecho tenemos para pensar que somos mejores que el turista que llega a Japón pensando "Sony, ninja, playstation"?


P.d: el autor de Kenshin, Nobuhiro Watsuki, no ha vuelto a despegar desde entonces. Eso sí, las copias-homenajes de la Patrulla-X cada vez le quedan mejor...

viernes, 3 de septiembre de 2010

Cuestiones varias ¿hay algún dibujante en la sala?

Los que soláis leer esto os habréis dado cuenta del cambio de imágen. Me refiero al "sello" con el que firmo los comentarios en otros foros. No es que haya dejado de ser "zionista" (o sea, fan del Principado/Archiducado* de Zeon/Zion de Gundam), sino que he llegado a la conclusión de que el frikismo no merece la pena de ser confundido con un neonazi. Así que el cuervo (el emblema de un municipio, o así, de un país báltico) sustituye a la "no-cruz-gamada", y un problema más que me evito...




No es tan carismático, pero sí mucho menos polémico.

Ahora, la segunda parte de la historia. De la misma manera que entré en el mundo de la traducción a través de un enchufe, ha llegado el momento de devolver el favor. Pero ahora, en vez de traducir, se trata de dibujar. Sí, el responsable de una empresa de videojuegos en Japón me ha preguntado si conozco a algún dibujante que pueda trabajar con ellos. Quien esté interesado, que se ponga en contacto conmigo, añadiendo alguna muestra de su trabajo, para pasarlo a la gente en cuestión.

No sé cuánta gente leerá esto. No obstante, no esperéis verlo en muchas partes; como mucho aquí y el facebook...

* ¿Quién es el príncipe de Zeon? ¿Será un coprincipado como Andorra? Hasta los guionistas de Gundam pueden cometer los mismo errores que un occidental escribiendo sobre Japón con una enciclopedia de viajes como única fuente...