miércoles, 3 de noviembre de 2010

Reseñas instantáneas cual rámen

Recién vuelto del Salón del Manga (16ª edición), he llegado a una conclusión: soy otaku/friki/japanófilo, manganimemaníaco y creo que palmaré siéndolo, aunque deba guardar mi bandera de Zion a buen recaudo. Pero antes de hablar de ello, llevaba unas semanas queriendo reseñar dos de mis últimas lecturas: por un lado, un libro y por el otro un manga.


La novela es Kokoro de Natsume Sōseki, padre de la literatura contemporánea japonesa, a principios de la era Meiji, que queda muy bien reflejada en el manga "La época de Bot-chan" (Jiro Taniguchi, ed. Ponent Mon). 

La historia de un joven estudiante que conoce a un hombre al admira, "sensei", que a través de su correspondencia le cuenta sus vivencias cuando era un universitario, hasta llegar al desenlace final, del cual no hablaré por si alguien se siente interesado en la misma.

Cuando estaba leyendo Kokoro, no pude evitar recordar obras de una época similar, como "Miau", de Benito Pérez-Galdós y "El árbol de la ciencia" (Pío Baroja). El estilo narrativo es similar, los protagonistas son similares e incluso la historia es similar. Resulta curioso que escritores tan similares puedan escribir de un modo tan similar.
Lo único malo que tiene es que, sinceramente, jamás me han gustado esas obras, ni cualquier otra con protagonistas deprimidos que se pasan la novela regodeándose en su hastío vital. Sōseki, Pérez-Galdós y Baroja serán y son grandes escritores, pero jamás, jamás han logrado interesarme.

Mi recomendación vital: si quieres saber lo que pasa en el mundo de "Kokoro", consigue "La era de Bot-chan", que está en oferta en cualquier tienda de cómics. Más didáctica, más comprensión y más escritores famosos por metro cuadrado.

Hablando de cómic, paso a la segunda reseña del día.

Soul Eater de Atsushi Okubo, el último éxito shônen (por el momento).

Cuando se reseña un manga, uno tiende a decir cosas como "empieza flojo, pero cobra fuerza según avanza la historia", lo que en realidad significa: "el comienzo es una birria".

La cuestión es que si ese es el caso, ¿merece la pena seguir, o no será mejor buscar otra historia cuyo autor sepa escribir desde el principio? En este caso la historia del primer tomo de Soul Eater se resume así: chicas enseñando cacho enfrascadas en confusas peleas de cazadores de almas, brujas, villanos, samuráis, ninjas, gatas, momias y monstruos varios.


Recomendación vital: que otro te convenza de gastar dinero en continuar esta serie. Yo me veo incapaz.



Pues eso ha sido todo: la próxima vez, hablaremos del gobierno... digoooo, del Salón del Manga.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola,

Estoy completamente de acuerdo. Yo intenté leer el primer tomo para al menos enterarme de qué iba y... sinceramente, cada vez que sucedía algo me quedaba con una cara de "Pos vale. Si tú lo dices...". Ni los personajes me llamaban, ni la historia me importaba, el dibujo era confuso... Na, que ná.

En cambio, hace unos días, le enseñé a un amigo mío el primer episodio de Kotetsu Jeeg (otro anime de robots gigantes de Go Nagai. Mi amigo y yo tenemos treinta tacos y una ligeríiiiiiisima obsesión con las series de robots. En caso de que te lo estés preguntando, por supuesto que esa obsesión incluye Mobile Suit Gundam), y eso bastó para interesarle en la serie. Y me acuerdo que sus palabras exactas fueron: "¿Dónde habrán quedado esas series que eran capaces de atrapar tu interés con el primer capítulo?"

Muy buena pregunta.